La bronquitis infecciosa es una enfermedad altamente infecciosa de aves domésticas de todas la edades, afecta a los sistemas respiratorio, renal y reproductor, y que suele complicarse con infecciones bacterianas secundarias. Causa un grave impacto económico y sobre el bienestar del animal. Es un virus con muchas variantes en cuanto a genotipos y serotipos; esto dificulta el diagnóstico y desafía las estrategias de control, que suelen realizarse mediante el uso de vacunas vivas e inactivadas.

La enfermedad es causada por el virus de la bronquitis infecciosa del gamma-coronavirus aviar, y después de la infección inicial a través del tracto respiratorio, el IBV se propaga infectando las células epiteliales de muchos tejidos por todo el organismo. Sus diversas variantes se han detectado en todos los continentes menos en la Antártida.

IMPACTO DE LA ENFERMEDAD:

Es la segunda enfermedad de aves domésticas más perjudicial a nivel económico mundial, sólo por detrás de la Influenza Aviar Altamente Patógena. La gravedad de la sintomatología y el impacto estarán influenciados por las cepas involucradas y las circunstancias ambientales, como el clima, el polvo, el amoníaco, la densidad y el estrés por frío. La edad, tipo de ave y su estado inmunológico también son factores importantes, así como la presencia de infecciones secundarias.

La mortalidad por IBV por sí sola suele ser muy baja, pero aumenta tras infecciones secundarias por bacterias como E. Coli. La bronquitis infecciosa no afecta a la salud humana, pero su necesidad de controlarla también deriva de las preocupaciones con respecto al empleo de antibióticos y la inducción a resistencias de los mismos. Como existe, además, una demanda creciente de pollos libres de antibióticos, las aves podrían permanecer sin tratar a pesar de las implicaciones para su bienestar o para las aves enfermas.

ENFOQUES ACTUALES PARA CONTROLAR EL IBV:

Como con cualquier enfermedad, lo ideal sería la prevención de la infección, pero requiere de un nivel muy alto de bioseguridad, el alojamiento de una sola edad de las aves, unas limpiezas y desinfecciones a fondo de las naves y el equipo, y el compostaje o eliminación de la cama y las heces de las instalaciones.

Sin embargo, como el IBV es altamente infeccioso y tiene una alta prevalencia, generalmente es necesaria la vacunación para impedir pérdidas durante la producción. Las vacunas inactivadas suelen ser eficaces cuando se realiza un estímulo previo con vacunas vivas atenuadas.

En la mayoría de las zonas son frecuentes varios serotipos de IBV, lo que requiere de una protección vacunal más amplia. En las aves jóvenes, las combinaciones adecuadas de vacunas vivas pueden proporcionar protección contra múltiples cepas. Para las ponedoras y los reproductores, un estímulo con una vacuna inactivada aumenta la protección durante el periodo de puesta.

Las vacunas vivas atenuadas de IBV se aplican generalmente mediante sistemas masivos: aerosol grueso, aerosol o a través del agua de bebida. Esto plantea muchas cuestiones, como son las técnicas de aplicación; la cantidad, calidad y temperatura del agua utilizada para diluir la vacuna, la dosificación, la combinación con otras vacunas (por ejemplo, contra la enfermedad de Newcastle), bien al mismo tiempo o bien al cabo de un corto intervalo. Muchos de estos factores pueden tener un efecto negativo en la eficacia de la vacuna. La vacunación sin éxito conducirá a una protección menor o retrasada, a la interferencia con otras vacunas, a la circulación del virus vacunal y a un aumento de infecciones bacterianas secundarias.

Fuente: extraído de selecciones avícolas, número de Marzo 2020.