Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, en relación con la estrategia europea de metano adoptada el pasado 14 de octubre, que coincide en el tiempo con la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo aprobada esta misma semana en Congreso de Ministros y a la que Unión de Uniones también ha presentado alegaciones, considera que ésta debe contar con objetivos realistas para poder ser abordados.
Unión de Uniones, quien ya ha manifestado la importancia de contribuir a la consecución de los objetivos medioambientales, cree que para ello hay que fijar metas alcanzables, tal y como también ha manifestado en relación a la Estrategia de Descarbonización, sobre la que ha señalado que se debe tener en cuenta la relevancia estratégica de la agricultura y la ganadería, y la necesidad de estudiar exhaustivamente el impacto socioeconómico que podría traer su implementación, entre otros aspectos.
Unión de Uniones lamenta que la estrategia de metano, enmarcada en el Pacto Verde Europeo, plantee una reducción de entre un 35% y un 37% de las emisiones de metano en 2030 con respecto a los niveles de 2005, y que se centre fundamentalmente en la ganadería.
Este objetivo, a juicio de la organización, representa una nueva criminalización que supondrá nuevas exigencias medioambientales al sector, que ya vive serios problemas de rentabilidad y que cumple un papel fundamental a nivel socioeconómico y medioambiental en las comunidades rurales europeas.
En este sentido, Unión de Uniones recuerda que la producción ganadera europea es la más eficiente a nivel mundial en términos de emisiones, ya que emite cinco veces menos que la producción del Sudeste Asiático y cuatro veces menos que la sudamericana.
La organización estima que producir en Europa evitaría externalizar las emisiones ganaderas a países terceros menos eficientes medioambientalmente, algo a tener en consideración atendiendo al escenario de demanda creciente de carne que, según la FAO, se incrementaría en un 20% para 2050.
La reducción de la ingesta de carne, de poco impacto ambiental.
La estrategia, por su parte, contempla una serie de medidas para alcanzar dicho objetivo, como la implementación de prácticas basadas en tecnologías innovadoras de reducción del metano, la mejora de la alimentación animal o una gestión más eficiente de la reproducción, apoyando a su vez la investigación específica en materia de tecnología, las soluciones basadas en la naturaleza y los cambios en la dieta. No obstante, Unión de Uniones destaca que no ofrece datos del efecto esperado de estas medidas y de si sería suficiente para alcanzar los objetivos de la estrategia sin reducir significativamente la cabaña ganadera europea.
La organización señala que la reducción del consumo de carne, sin embargo, podría tener un limitado impacto a nivel medioambiental de acuerdo con estudios que podrían ser extrapolables, como el realizado en Estados Unidos donde se reveló que si toda la población dejaba de comer carne sólo se reducirían las emisiones en un 2,6% en todo el país.
Unión de Uniones cree que la reducción de ingesta de carne no compensaría el aumento de las emisiones derivadas de la roturación de nuevas tierras – la FAO reconoce que el 70% de las tierras cultivables actuales en el mundo no son aptas para producir alimentos y sólo sirven para pastoreo – ni los fuertes impactos socioeconómicos que podrían causarse en las economías rurales mundiales que viven gracias a la ganadería.
La organización considera imprescindible, en primer lugar, evitar la criminalización del sector ganadero por parte de ciertos ámbitos, y reclama el papel fundamental que tiene desde la perspectiva agroambiental y socioeconómica de las comunidades rurales españolas, europeas y mundiales. «Abordar el problema ambiental y climático al que nos enfrentamos como sociedad requiere de soluciones mucho más complejas, como aprovechar y potenciar la capacidad de sumidero de carbono de los suelos agrícolas y los pastos permanentes, que el simple hecho de dejar de consumir carne o limitar el número de vacas», concluyen.
Fuente: Agrodigital.