La estrategia ‘España 2050’, presentada hace unos días por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha despertado la indignación y las más airadas críticas de los sectores ganaderos españoles. Los productores, y las organizaciones agrarias que los representan, han mostrado su “enfado y estupor”, tras escuchar las afirmaciones “sesgadas e imprecisas” – como las califican – del propio Sánchez, que en la presentación de este plan de futuro llegó a afirmar que el consumo de carne por parte de la población “es excesivo” y que “la ganadería española no es sostenible en términos de emisiones de gases de efecto invernadero”.
Las organizaciones agrarias COAG, ASAJA y UPA han pedido al Gobierno español que reconsidere sus afirmaciones y muestre más respeto por estas producciones “ahora y en el 2050”. Incluso se han dirigido a Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, para que “defienda la imagen de un sector tan estratégico y ponga sobre la mesa del Consejo de Ministros todos aquellos datos oficiales que avalan la importancia de la actividad ganadera para el conjunto de la sociedad.
Tienen argumentos para sus reivindicaciones. COAG recuerda que todos los indicadores internacionales reflejan que el patrón de dieta y de estilo de vida de nuestro país es de los más adecuados del mundo, ofreciendo perfiles que sitúan a España a la cabeza mundial. Así, el ranking de Bloomberg, Healthy Country Index, asegura que España es el país más saludable del mundo, y el estudio IHME de la Universidad de Washington y la prestigiosa revista científica The Lancet corroboran que, además, es el país con mayor esperanza de vida. De este estilo saludable forman parte los productos lácteos, frutas y hortalizas, frutos secos, legumbres, semillas y pescado, pero también la carne y los derivados cárnicos, señalan desde la organización agraria.
No olvidan recordar los representantes del sector que este es uno de los motores económicos y sociales de la España rural. “La ganadería emplea de forma directa a más de medio millón de personas y las industrias cárnicas y el comercio minorista a cerca de 200.000 empleados”, afirman desde COAG, e insisten en que, según los datos del Ministerio, la actividad ganadera se desarrolla en más de 350.000 granjas de toda la geografía nacional, que hacen una aportación de 16.000 millones de euros a la Producción Final Agraria.
Los beneficios:
Cansados de la criminalización de la ganadería, señalada constantemente como el mayor culpable de la destrucción de la capa de ozono, COAG echa mano de los datos oficiales del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero. Y este dice que la producción ganadera de carne representa únicamente el 7,8% del total de emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) de España. Mucho más altas son las emisiones que produce el transporte (27%), la industria (19,9%), la generación de electricidad (17,8%), el consumo de combustibles (8,5%) o los procesos industriales y uso de otros productos (8%).
Ambas organizaciones lamentan que el Gobierno – y las palabras de Sánchez – se haya olvidado de los beneficios medioambientales de estas producciones. Porque en España, el ganado de todo tipo pastorea más de 25 millones de hectáreas, áreas que no son aptas para la agricultura y que no se destinan ni pueden destinarse a este fin. El pastoreo, además, insisten, es fundamental para la limpieza del monte y la prevención de los incendios forestales, así como para una mayor diseminación de nutrientes y el consiguiente aumento de la fertilidad del suelo. Y, aún más, recuerdan, la ganadería es un ejemplo de economía circular, con actividades como el aprovechamiento como coproductos para la alimentación del ganado de subproductos de producciones vegetales destinadas a uso humano, o la gestión eficiente de estiércoles y purines como subproductos con una importante utilidad agronómica como fertilizantes orgánicos de cultivos.
Fuente: El Heraldo de Aragón.