En 2017, el sector agrario de la EU-28 produjo el 10% de las emisiones totales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de la Unión. Por tanto, muchas menos emisiones que la industria (38%) o el transporte (21%), a pesar de que muchas veces se culpa injustamente al sector agrario y, en especial, al sector ganadero, de ser el principal responsable del cambio climático.
Casi la mitad de las emisiones agrarias de la UE provienen de la fermentación entérica (principalmente rumiantes) y la gestión del estiércol (todo el ganado). Por tanto, la ganadería sólo supondría el 5% de las emisiones GEI.
Además, el sector agrario está muy comprometido con iniciativas para reducir su huella de carbono. Tanto es así, que las emisiones de GEI de origen agrario de la EU-28 disminuyeron en un 24% entre 1990 y 2013.
Estos datos aparecen recogidos en un estudio que han elaborado dos consultores independientes y que ha sido financiado por la Comisión Europea.
Asimismo, a medida que se está avanzando en tecnología, todavía es posible un progreso significativo para mitigar las emisiones de GEI: cambios en la producción de alimentos compuestos (uso de leguminosas), gestión eficiente de las deyecciones ganaderas (recogida, instalaciones de almacenamiento), mejor gestión del rebaño, mejora de la sanidad animal, uso de aditivos alimentarios, entre otras.
El estudio destaca la eficiencia de la producción ganadera de la UE. Si la producción ganadera se redujera en la UE, mientras que la demanda mundial de carne se mantiene o aumenta, se generaría el riesgo de que la producción y los impactos asociados a ella se desplazaran de la UE a otras partes del mundo. Por tanto, la simple reducción de la producción ganadera en la UE no conduciría a un planeta más sostenible.
Fuente: agrodigital.com