La Comisión Europea ha publicado un informe sobre el impacto de las normas a escala mundial sobre bienestar animal en los ganaderos europeos, en el que contradice las opiniones de los ganaderos europeos que consideran que la legislación de bienestar animal los coloca en seria desventaja en cuanto a costes y cuotas de mercado dentro y fuera de la Unión Europea (UE).

El estudio reveló que, en la mayoría de los casos, los costes del cumplimiento de la legislación de bienestar animal son relativamente bajos en comparación con otros costes de producción (como los piensos y la mano de obra).

Desde la Comisión Europea indican que, a pesar de que los sectores de producción de carne de cerdo y de aves de corral están sujetos a una legislación exhaustiva en materia de bienestar animal, han reforzado su posición como primer exportador de carne de cerdo a nivel mundial. Por otro lado, la UE es el tercer exportador mundial más importante de carne de aves de corral, asimismo, la UE es uno de los mayores exportadores de huevos y ovoproductos, con alrededor del 25% del comercio total. Simultáneamente, uno de los principales exportadores mundiales de carne de ovino, Nueva Zelanda, cuenta con normas estrictas de bienestar animal.

Por lo tanto, las normas de bienestar animal no constituyen un factor determinante de la competitividad en el mercado mundial, puesto que otros factores influyen considerablemente en la competitividad (como la proximidad del mercado, otros factores de producción, el tipo de segmentos del mercado o la existencia o ausencia de acuerdos comerciales).

Aparte de estos datos, la Unión Europea indica que los métodos de producción sostenibles, incluidas las estrictas normas de bienestar animal, mejoran la posición en el mercado de los productos de la UE en el consumidor.

La mayoría de los ganaderos de la UE afirmaron que el cumplimiento de la legislación y las normas de bienestar animal les ayudó a acceder a nuevos mercados.

Sin embargo, la percepción de los ganaderos de la UE sobre las normas de bienestar animal es que estas no tienen repercusión en la productividad, sino lo contrario. Los ganaderos europeos sí ven positivas las normas en el resultado de la calidad de los productos.

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