Es de vital importancia mencionar que se puede disminuir el riesgo de propagación de Newcastle si se cuenta con un buen plan de bioseguridad.
La bioseguridad se refiere a todas las medidas tomadas para mantener las enfermedades y los patógenos que las transmiten (virus, bacterias, hongos, parásitos y otros microorganismos) lejos de las aves de corral, las propiedades y las personas.
Una buena bioseguridad ayuda a proteger a las aves de la enfermedad de Newcastle. No se debe permitir que las parvadas entren en contacto con aves domésticas de estado de salud desconocido, aves de compañía (en particular, psitácidos) y aves silvestres o asilvestradas (en particular, cormoranes, gaviotas y palomas).
Además, siempre que sea posible, los trabajadores deben evitar el contacto con las aves fuera de la granja. De igual forma, se debe tener en cuenta que las aves pueden enfermarse o morir por la exposición a unas pocas partículas virales invisibles. En un solo día, el virus puede multiplicarse e infectar a todas las aves de una explotación. La mejor manera de mantener saludables a sus aves de corral es con el refuerzo de la bioseguridad.
Recomendaciones :
- Restringir el tráfico dentro y fuera de la explotación.
- Reforzar y revisar periódicamente el vallado perimetral de las instalaciones.
- Revisar el sistema de agua de la instalación en búsqueda de elementos dañados y reparar si es necesario para evitar que elementos o animales tengan acceso al mismo.
- Uso de pediluvios, rodaluvios y arcos de desinfección para desinfectar zapatos y ruedas de vehículos.
- Limpiar y desinfectar la ropa, manos, bandejas de huevos o pisos, cajas.
- Evitar las visitas a otras granjas.
- Lavarse las manos, limpiar y desinfectar las botas antes y después de ingresar a una explotación.
- Limpiar y desinfectar herramientas.
- Limpiar y desinfectar las instalaciones.
- Buscar signos de enfermedad.
- Reportar los casos de aves enfermas inmediatamente.