El veto ruso al porcino elevará los stocks y trastocará el comercio internacional.

COAG Cree que será difícil ‘colocar’ las 100.000 toneladas que se exportaban.

La prohibición parcial de las autoridades de la Unión Aduanera de Rusia, Bielorrusia y Kazajistán de importar porcino y otros productos desde España -efectiva desde el pasado jueves- elevará los stocks en España y trastocará todo el comercio internacional y, previsiblemente, los precios, según COAG. El responsable del sector porcino de COAG, Jaume Bernís, ha recordado que Rusia es el primer cliente de España en carnes frescas, transformados y despojos del cerdo fuera de la Unión Europea, al comprar entre 90.000 y 95.000 toneladas al año, a las que suman las 2.500 t de Bielorrusia y las 1.600 de Kazajistán. En su opinión, son más de 100.000 toneladas en total, difíciles de colocar en otros mercados, más aún cuando Rusia también impuso, antes que a España, prohibiciones de importar el producto a EEUU, Alemania o Canadá, es decir, a todos los grandes productores mundiales.

    El cierre de fronteras provocará sobreoferta en todos estos países y mayor competencia en la búsqueda de nuevos mercados, con el consiguiente riesgo de desplome de los precios.

     El veto llega en un momento muy complicado para los ganaderos españoles debido a la atonía del consumo interno, el elevado coste de los piensos y las importantes inversiones -en muchos casos con fuerte endeudamiento- que han debido realizar para adaptarse a la última normativa sobre bienestar animal obligatoria en la Unión Europea, según el sector.

    «Todo lo que sea cerrar puertas para la exportación no es nada positivo», ha remarcado Bernis, quien asegura que no se sabe cuándo podrán restablecerse los envíos.

    El porcino es un sector netamente exportador, al enviar fuera de España más del 40% de toda su producción.

     Según la información de COAG, la restricción decretada al cárnico español es «parcial» y afectará a un centenar de empresas que exportan a Rusia porcino, aunque al menos 24 compañías sí pueden seguir haciéndolo, al cumplir las exigencias de esas autoridades.

También afectará al vacuno, la pesca y lácteos

     También se verán afectados otros productos del vacuno y de la pesca y el lácteo, aunque este flujo no es demasiado relevante, ha añadido.

     A su juicio, las autoridades rusas se escudan en que las empresas españolas -como antes las alemanas u holandesas- no cumplen sus exigentes normas higiénico-sanitarias, que consideran superiores, ni tienen las garantías de autocontrol y trazabilidad.

     COAG ha apuntado que sospecha que el interés ruso es más bien comercial, ya que quieren impulsar la producción en su propio territorio y, de momento, se decantan por comprar a proveedores más baratos, como los de Brasil, donde están autorizando a nuevos mataderos para operar.

 

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