El principal objetivo de una Guía de Buenas Prácticas es ofrecer a los ganaderos, técnicos y agentes que intervienen en el sector unas pautas de actuación adecuadas para obtener productos de animales sanos y bajo condiciones de higiene adecuadas, tanto de personal como de instalaciones.

El manejo correcto de la alimentación tiene influencia directa en la salud, estado reproductivo y producción del ganado caprino.

El criterio especial que distingue a la cabra de otros rumiantes en su comportamiento alimentario es la gran capacidad selectiva frente a los componentes de la dieta, en especial respecto a los forrajes. Las cabras muestran un interés mayor por las fracciones ricas en proteína que sobre las que contienen un elevado porcentaje de fibra o celulosa.

El alimento obtenido fuera de la explotación debe ser examinado cuidadosamente antes de ser suministrado a los animales; además, este junto con el agua debe darse en calidad y cantidad adecuadas.

Es importante establecer un programa racional y bien planteado de la nutrición en nuestra granja:

  • Una granja debe adecuar la alimentación a las necesidades de los animales, según el momento productivo en el que se encuentren.
  • El manejo de la alimentación viene determinado por su comportamiento alimentario: hay que hacer un buen racionamiento según las necesidades para que coman todo el alimento y reducir la selección.
  • Deben hacerse lotes de animales con necesidades energéticas y proteicas similares; por ejemplo, cabritos, cabritas de reposición, cabras de reposición, cabras secas, machos…).

La forma de alimentar al ganado depende del sistema productivo (extensivo, semiextensivo, intensivo):

  • En extensivo la energía la obtienen de los pastos, por lo que debe limitarse el espacio, evitando grandes caminatas para ahorrar energía (con cercados).
  • En semiextensivo se recomienda sacar las cabras a pastorear en primavera y retirarlas en verano, y limitar el pastoreo a espacios determinados, reduciendo así el gasto energético.
  • En intensivo la cabra requiere alimentación individualizada y raciones equilibradas, por lo que el alimento vendrá ya mezclado. El cambio de alimentación debe ser gradual.

¿Cuáles son las necesidades del rebaño?

HEMBRAS:

  • Mantenimiento e inicio de gestación (primeros 3 meses): una cabra de 60 Kg necesita 0,81 UFL. Las necesidades de proteína están entre 0,6-0,8 MND/kg PV.
  • Final de gestación (2 últimos meses): las necesidades aumentan debido al desarrollo del feto y tejidos placentarios.

MACHOS:

  • Mantenimiento y cubrición: las necesidades de energía se estiman incrementando en un 10% las de las hembras; 6 semanas antes de la cubrición aumentan en un 25%.

CABRITOS DE CARNE Y CABRITAS DE REPOSICIÓN:

  • Tienen que alcanzar al menos el 65% del PV, en ese momento, deberían estar comiendo 1 kg de MS y ½ kg de paja.

Algunas pautas para seguir en alimentación:

  • Asegurarse de satisfacer las necesidades fisiológicas y productivas de los animales.
  • Evitar el uso de materias primas de origen animal para la elaboración de raciones.
  • Proporcionar raciones equilibradas e identificar fuentes de nutrientes y contaminantes.
  • Controlar los alimentos del ganado con malos olores o sabores.
  • Revisar el forraje para que no contenga contaminantes antes de dárselo a los animales.
  • Vigilar los restos de alimento que dejan los animales para controlar la selección de nutrientes y posibles desequilibrios alimenticios.
  • Distribuir de manera uniforme el alimento en el comedero.
  • Asegurarse de que hay suficiente espacio de comedero para evitar jerarquías y selectividad.
  • Usar proteínas en las raciones según se indica en los reglamentos.
  • Asegurarse de que los cabritos toman el calostro de su madre después del nacimiento.
  • Asegurarse durante la lactancia del cabrito que la leche no presenta grumos ni espuma.
  • Ofrecer la leche a una temperatura de 35-40ºC o a temperatura ambiente.
  • Estudiar y conocer los forrajes en extensivo para suplementar el régimen alimenticio cuando proceda.
  • Hacer pruebas de residuos de plaguicidas a los granos que se producen en la explotación.
  • Mantener el registro de análisis de micotoxinas.

El agua.

Las cabras deben tener acceso libre al agua para maximizar su consumo y no limitar el consumo de forraje. Este agua debe ser de calidad y no contaminada. Los bebederos deben estar diseñados para que los animales no puedan ensuciar el agua, y se deben realizar análisis periódicos.

Las instalaciones.

Algunas pautas a tener en cuenta respecto a las instalaciones son:

  • Desechar alimentos enmohecidos.
  • La maquinaria debe ser de uso exclusivo para su labor.
  • Revisar almacenes y depósitos de alimentos por posibles contaminaciones.
  • Elaborar un programa de limpieza del almacén de alimentos.
  • Mantenimiento adecuado de los pasillos de acceso y comederos.
  • Mantener alimentos en lugares limpios y secos.
  • No almacenar productos tóxicos en el lugar de los alimentos.
  • Programas DDD (desinfección, desinsectación, desratización).

Finalmente, es importante la trazabilidad de las materias primas cuando se obtienen del exterior de la explotación: hay que garantizar que todos los proveedores de alimentos disponen de un programa de aseguramiento de calidad aprobado y que además tengan autorización o registro.

Fuente: revista ruminews – mapa.gob.es, “Guías de prácticas correctas de higiene, caprino de carne y leche”.