Las grandes cadenas de supermercados de España empiezan a abandonar la comercializazión de huevos de gallinas enjauladas.

Las gallinas están muy cerca de decir adiós a las jaulas para siempre. La fiebre por liberar a estos animales de los barrotes entre los que se crían llega a España con fuerza. Ya son varias las grandes cadenas de supermercados de nuestro país que han decidido romper con las jaulas y empezar a comercializar huevos de gallinas criadas en suelo.

Lidl, que trabaja con cuatro proveedores españoles de huevos, ha sido la primera en llevarlo a la práctica. Desde el pasado mes de enero, la compañía alemana ha eliminado de sus estanterías los huevos de gallinas enjauladas. Mercadona, que trabaja con Huevos Guillén, lo hará efectivo en el año 2023, al igual que el fabricante de pastelería y bollería Dulcesol. Por otro lado, El Corte Inglés y Carrefour se han marcado como fecha límite el año 2025 para que los huevos de sus marcas propias abandonen la jaula.

Aunque en un principio pueda parecer un gran cambio en las políticas de bienestar animal, hay que tener claro que esto no significa que, desde esas fechas, las gallinas vayan a pasar sus días paseando a sus anchas por el campo. En Europa existen diferentes categorías de huevo, clasificadas del 0 al 3, y lo que van a hacer estas compañías es acabar sólo con las del número 3, que es el que corresponde a las gallinas en jaula.

La mayoría de los huevos son de jaula

Los huevos matriculados con el 2 hacen referencia a las gallinas criadas en suelo, que implica que los animales se mueven en libertad en un gallinero cerrado. Los que se comercializan con el código 1, son los camperos, procedentes de gallinas con salida permanente al aire libre donde pueden picotear la vegetación, escarbar en el suelo y darse baños de arena para el cuidado de sus plumas. El código 0 es para los ecológicos, cuya crianza es similar a la de las gallinas camperas, pero son alimentadas con productos ecológicos certificados.

Con estas medidas, la intención de la industria del huevo es que las gallinas enjauladas, que producen más del 90% de los huevos del mercado español, pasen a criarse libres en el interior de una nave, una práctica hasta ahora poco extendida en nuestro país. Esto quiere decir que la mayoría de los huevos clasificados como 3 pasarán a la categoría 2 ¿Eso influye en la calidad del huevo? ¿serán más caros? ¿las gallinas estarán más felices? Son preguntas clave.

«No hay diferencias nutricionales»

Para Lidl, este cambio supone la producción de «un huevo con un marcado valor ético», mientras que Mercadona asegura que «supone un gran avance para el bienestar animal y las condiciones de las gallinas».

En lo referente a las diferencias nutricionales entre la jaula y el suelo, el profesor de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y experto en producción avícola, Ricardo Cepero, lo tiene claro. «No hay ninguna entre un huevo u otro. Si la gallina es la misma y come lo mismo, la calidad del huevo es la misma», explica a Libre Mercado.

Según el experto, la alimentación de la gallina y, sobre todo, la frescura del huevo marcan su calidad. «Por mucho que salga al campo una gallina, la cantidad de hierba o de gusanos que puede comer es pequeña porque su alimentación principal es el pienso», lo que implica que «tampoco hay muchas diferencias nutricionales entre un huevo campero o ecológico y uno de jaula«, asegura. «Pero en el caso de la gallina de jaula y de suelo, es que la diferencia es ninguna», insiste.

Pros y contras de los modelos de producción

Eso sí, criarse en libertad «favorece el esparcimiento del animal, le permite interactuar con el medio ambiente y le da una mejor calidad de vida, aunque tampoco hay que olvidar que al aire libre las gallinas están expuestas a otros peligros como los depredadores», explica. El profesor de Veterinaria asegura también que «en la jaula corren menos riesgos de picaje y canivalismo porque la gallina es un animal que cuando está en grupo se pelea constantemente para ver quién bebe primero o quién tiene el mejor nido», cuenta.

Preguntado por el sabor tan diferenciado de los huevos de puebloCepero se lo achaca a su frescura. «Cuanto menos tiempo pasa desde que la gallina pone el huevo hasta que se consumen, mejor sabe, y normalmente esos huevos se comen casi nada más que los pone la gallina», afirma.

«Eso de que las gallinas están estresadas en las jaulas no está demostrado cientificamente, es una falacia que sólo atiende a las presiones comerciales y de los animalistas«, asegura Cepero. En la misma línea va la directora de ASEPRHU(Asociación Española de Productores de Huevos), María del Mar Fernández, que no duda en asegurar que eliminar las jaulas «responde únicamente a una presión importante del lobby vegano, que lo que quieren es acabar con la producción animal definitivamente, y a una estrategia de márketing de los super». Fernández asegura que el coste de producir huevos de suelo en comparación con la jaula es «mayor porque se necesita más mano de obra y ejercer más control sobre un animal que tiene un mayor índice de mortalidad. Está por ver si los supermercados trasladarán ese aumento de precio al consumidor, aunque está claro que a los productores no les va a salir gratis cambiar sus explotaciones.

Para Cepero, dejar a las gallinas en libertad dentro de una la granja (criarlas en suelo) puede provocar «problemas de parásitos y bacterias porque las gallinas están en contacto con sus heces, más polvo y más amoniaco», aunque es «incuestionable que tienen más libertad de movimientos, de comportamientos y de interactuar entre ellas», matiza. «Todo dependerá de las instalaciones y de que tengan una buena ventilación. Lo que está claro es que los productores están para satisfacer al consumidor y si el consumidor no quiere la jaula pues tendrán que quitarla», concluye.

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