En Francia, Carrefour auditará granjas y controlará el bienestar animal.

La cadena de supermercados Carrefour anunció, para Francia, que auditará las granjas de producción aviar que producen para la cadena y que controlará el bienestar animal. 

Carrefour auditará las granjas de producción aviar que suministran carne de marca propia y les pedirá que instalen cámaras en respuesta a la creciente demanda de los consumidores de prácticas socialmente responsables, informó la agencia Reuters.
La cadena de supermercados minoristas de Europa dijo que realizaría 84 auditorías de granjas que suministran productos vendidos bajo sus marcas antes de fines de 2019. Estos comprobarán si cumplen con las normas establecidas por la Obra de Asistencia a los Animales en los Mataderos de Francia, que fue fundada para garantizar el bienestar de los animales en los mataderos. Los minoristas como Carrefour se han ido adaptando a medida que más consumidores y “millennials” optan por cambios en sus dietas y por mayores consideraciones hacia los animales.
En este contexto, también implica un importante paso, según los especialistas consultados por El Enfiteuta, que una cadena de supermercados de la dimensión de Carrefour haya tomado esa decisión de involucrarse en el control de la producción agropecuaria.
Desde la empresa, por su parte, indicaron que Carrefour se está enfocando más en alimentos orgánicos, bajo un plan global de cinco años para aumentar las ventas y ganancias grupales, y también ha adoptado la tecnología de contabilidad de cadena de valor para darle trazabilidad a los pollos, huevos y tomates mientras viajan de las granjas a las tiendas. El mes pasado, su rival francés Casino se unió a tres organismos independientes para proporcionar el etiquetado de bienestar animal.

Main Home Full Width

La ‘liberación’ de la gallina: ¿tienen más calidad los huevos de jaula que los de suelo?

Las grandes cadenas de supermercados de España empiezan a abandonar la comercializazión de huevos de gallinas enjauladas.

Las gallinas están muy cerca de decir adiós a las jaulas para siempre. La fiebre por liberar a estos animales de los barrotes entre los que se crían llega a España con fuerza. Ya son varias las grandes cadenas de supermercados de nuestro país que han decidido romper con las jaulas y empezar a comercializar huevos de gallinas criadas en suelo.

Lidl, que trabaja con cuatro proveedores españoles de huevos, ha sido la primera en llevarlo a la práctica. Desde el pasado mes de enero, la compañía alemana ha eliminado de sus estanterías los huevos de gallinas enjauladas. Mercadona, que trabaja con Huevos Guillén, lo hará efectivo en el año 2023, al igual que el fabricante de pastelería y bollería Dulcesol. Por otro lado, El Corte Inglés y Carrefour se han marcado como fecha límite el año 2025 para que los huevos de sus marcas propias abandonen la jaula.

Aunque en un principio pueda parecer un gran cambio en las políticas de bienestar animal, hay que tener claro que esto no significa que, desde esas fechas, las gallinas vayan a pasar sus días paseando a sus anchas por el campo. En Europa existen diferentes categorías de huevo, clasificadas del 0 al 3, y lo que van a hacer estas compañías es acabar sólo con las del número 3, que es el que corresponde a las gallinas en jaula.

La mayoría de los huevos son de jaula

Los huevos matriculados con el 2 hacen referencia a las gallinas criadas en suelo, que implica que los animales se mueven en libertad en un gallinero cerrado. Los que se comercializan con el código 1, son los camperos, procedentes de gallinas con salida permanente al aire libre donde pueden picotear la vegetación, escarbar en el suelo y darse baños de arena para el cuidado de sus plumas. El código 0 es para los ecológicos, cuya crianza es similar a la de las gallinas camperas, pero son alimentadas con productos ecológicos certificados.

Con estas medidas, la intención de la industria del huevo es que las gallinas enjauladas, que producen más del 90% de los huevos del mercado español, pasen a criarse libres en el interior de una nave, una práctica hasta ahora poco extendida en nuestro país. Esto quiere decir que la mayoría de los huevos clasificados como 3 pasarán a la categoría 2 ¿Eso influye en la calidad del huevo? ¿serán más caros? ¿las gallinas estarán más felices? Son preguntas clave.

«No hay diferencias nutricionales»

Para Lidl, este cambio supone la producción de «un huevo con un marcado valor ético», mientras que Mercadona asegura que «supone un gran avance para el bienestar animal y las condiciones de las gallinas».

En lo referente a las diferencias nutricionales entre la jaula y el suelo, el profesor de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y experto en producción avícola, Ricardo Cepero, lo tiene claro. «No hay ninguna entre un huevo u otro. Si la gallina es la misma y come lo mismo, la calidad del huevo es la misma», explica a Libre Mercado.

Según el experto, la alimentación de la gallina y, sobre todo, la frescura del huevo marcan su calidad. «Por mucho que salga al campo una gallina, la cantidad de hierba o de gusanos que puede comer es pequeña porque su alimentación principal es el pienso», lo que implica que «tampoco hay muchas diferencias nutricionales entre un huevo campero o ecológico y uno de jaula«, asegura. «Pero en el caso de la gallina de jaula y de suelo, es que la diferencia es ninguna», insiste.

Pros y contras de los modelos de producción

Eso sí, criarse en libertad «favorece el esparcimiento del animal, le permite interactuar con el medio ambiente y le da una mejor calidad de vida, aunque tampoco hay que olvidar que al aire libre las gallinas están expuestas a otros peligros como los depredadores», explica. El profesor de Veterinaria asegura también que «en la jaula corren menos riesgos de picaje y canivalismo porque la gallina es un animal que cuando está en grupo se pelea constantemente para ver quién bebe primero o quién tiene el mejor nido», cuenta.

Preguntado por el sabor tan diferenciado de los huevos de puebloCepero se lo achaca a su frescura. «Cuanto menos tiempo pasa desde que la gallina pone el huevo hasta que se consumen, mejor sabe, y normalmente esos huevos se comen casi nada más que los pone la gallina», afirma.

«Eso de que las gallinas están estresadas en las jaulas no está demostrado cientificamente, es una falacia que sólo atiende a las presiones comerciales y de los animalistas«, asegura Cepero. En la misma línea va la directora de ASEPRHU(Asociación Española de Productores de Huevos), María del Mar Fernández, que no duda en asegurar que eliminar las jaulas «responde únicamente a una presión importante del lobby vegano, que lo que quieren es acabar con la producción animal definitivamente, y a una estrategia de márketing de los super». Fernández asegura que el coste de producir huevos de suelo en comparación con la jaula es «mayor porque se necesita más mano de obra y ejercer más control sobre un animal que tiene un mayor índice de mortalidad. Está por ver si los supermercados trasladarán ese aumento de precio al consumidor, aunque está claro que a los productores no les va a salir gratis cambiar sus explotaciones.

Para Cepero, dejar a las gallinas en libertad dentro de una la granja (criarlas en suelo) puede provocar «problemas de parásitos y bacterias porque las gallinas están en contacto con sus heces, más polvo y más amoniaco», aunque es «incuestionable que tienen más libertad de movimientos, de comportamientos y de interactuar entre ellas», matiza. «Todo dependerá de las instalaciones y de que tengan una buena ventilación. Lo que está claro es que los productores están para satisfacer al consumidor y si el consumidor no quiere la jaula pues tendrán que quitarla», concluye.

www.libremercado.com

La segunda y costosa reconversión del huevo.

Las patronales defienden que los consumidores puedan elegir entre cuatro modelos de cría, pero la distribución impone sus normas para eliminar jaulas.

En Lidl dicen que su “apuesta por la producción sostenible”, traducida en la decisión de eliminar los huevos puestos por enjauladas y ofrecer sólo huevos procedentes de gallinas criadas en suelo, camperas o ecológicas, “está teniendo una muy buena acogida” con un incremento de las ventas del que, sin embargo, no proporcionan datos. Tras esa cadena, las demás distribuidoras han ido anunciando la reducción paulatina o la eliminación total de este producto de sus lineales, desde Mercadona a El Corte Inglés, Auchan o Eroski.

En el fondo todo se reduce a una cuestión de dinero. El sector, que factura 1.000 millones en huevos y otros 300 en huevos fértiles para gallinas de puesta y producción de pollos, defiende que ya ha pasado por una costosa adaptación en 2012, cuando cambió la normativa y se introdujeron jaulas consideradas más eficientes donde, en palabras de Mar Fernández, directora de Aseprhu, la Asociación Española de Productores de Huevos “la gallina no se mueve tanto en una jaula, pero tiene menos enfermedades, sufre menos estrés y riesgos sanitarios. La jaula tiene una lima de uñas, zona de escarbar, una percha para que suban, una zona más o menos íntima para poner el huevo. Empezar de cero en un sistema más caro nos puede costar otros 800 millones. Para un sector que factura 1.000 millones al año… ¿cómo asumimos esa inversión con los márgenes actuales?” Porque la realidad es que la producción campera sólo es del 5% en España, y en gallinas en suelo, del 6%. El producto ecológico representa un magro 1%. Y aunque aumenta el gusto por este tipo de cría, la realidad es que, aunque de forma más moderada, la demanda de huevos de jaula también ha aumentado.

Para Medín de Vega, el presidente de Inprovo, la interprofesional del huevo, hay un problema de base: “La forma en la que se producen los huevos está amparada por un debate legislativo enorme que hemos generado como sociedad y que cuenta con informes científicos y técnicos del bienestar de las gallinas. Y aquí se obvia que todos los sistemas de producción cumplen con las normas de bienestar animal”.

Lidl, Mercadona, El Corte Inglés o Eroski han iniciado la guerra que afecta a la industria

Y como ocurre con la carne de ave, el huevo es un producto reclamo, siempre sujeto a oferta en el supermercado y sin una marca clara de calidad.

Aunque a los empresarios no les ha ido del todo mal. El año pasado España se salvó de la crisis del fipronil, un insecticida que contaminó huevos en 19 países europeos. Por este motivo las ventas se dispararon un 48%. Además, el consumo en el país aumentó de 16 a 17 kilos per cápita, en especial gracias al canal horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías). Los precios medios en el mercado a granel crecieron un 33%, pero en las tiendas apenas se notó —la distribución mantuvo la docena de la clase A por debajo de 1,5 euros—.

“Casi todas las granjas en nuestro sector son familiares, no como en la industria de carne. Hay cientos de productores y diez compradores en frente, la gran distribución. Tenemos un problema por falta de capacidad de negociación. Lo deciden con el huevo, la leche, el pan… la negociación no es nada fácil”.

www.elpais.com

La avicultura representa ya el 13% de la producción final agraria en Cataluña.

Joan Anton Rafecas, presidente de la La Federación Avícola Catalana (FAC) que celebró ayer su Asamblea Anual en el marco de las Jornadas Profesionales de Avicultura organizadas por la Real Escuela de Avícultura en el Recinto Gran Via de Fira de Barcelona, destacó la “profesionalidad y excelencia de un sector con gran tradición en nuestro territorio y con mucho peso en la economía catalana actual, que supone el 13% de la producción final agraria en Cataluña”.

Rafecas también puso énfasis en la transformación que está experimentando el sector motivado principalmente por los cambios de hábitos de los consumidores y de los canales de distribución, insistiendo en “la necesidad de poner en valor unos alimentos saludables que forman parte de una dieta equilibrada y producidos con los más altos estándares de calidad y seguridad alimentaria, sometidos a una estricta normativa europea, una de las más exigentes a nivel mundial”.

Cataluña es líder en avicultura, siendo la primera comunidad autónoma productora de carne de ave. El 2016 se produjeron 369 miles de toneladas de carne de ave (81% pollos, 1% gallinas, 16% pavo y 2% otras aves), una cifra prácticamente invariable respecto al año anterior.

Especialmente significativa es la producción de codornices, que representa más del 90% del total en España, la mayor parte de la cual se exporta. Con relación al
conjunto de la producción cárnica en Cataluña, la carne de ave representa el segundo lugar con un 16%, detrás del porcino (77%) y por delante del vacuno (6%).

En cuanto al consumo, los catalanes comen 15 kg de carne fresca de ave: pollo (13kg), pavo (2kg) y otras aves (0,34 kg) por persona y año. Del total de carne fresca consumida en los hogares catalanes el 2016, el 40% fue de ave, en primer lugar delante del porcino (29%) y el vacuno (14%). También es muy valorada su carne en el conjunto del Estado español: según el último informe de consumo del  (2016), la pechuga a la plancha es el cuarto plato más cocinado y consumido en los hogares españolas, después de la ensalada verde, la ensalada de tomate y la pizza.

Cataluña es la cuarta comunidad autónoma con mayor producción de huevos (11% del total), después de Castilla-La Mancha, Castilla y León, y Aragón, con un censo total de 4 millones de aves que el 2016* produjeron 94 millones de docenas de huevos. Las granjas dedicadas a la avicultura en Cataluña son instalaciones modernas y adaptadas a los sistemas de producción europeos y a la normativa sobre bienestar animal, en vigor desde el año 2012.

www.agroinformacion.com

UE incrementa un 130 % la compra de huevo y en España cae el precio en origen en un 17,52 %.

Los países de la Unión Europea incrementaron un 130,2 % la compra de huevo en los dos primeros meses del año, respecto al mismo período anterior, con 6.056 toneladas adquiridas, un incremento achacable a la merma de producción debido a la crisis del fipronil en granjas comunitarias que, por otro lado, habría hecho que España se convirtiese un buen proveedor durante un tiempo y que ahora estaría teniendo una bajada de precio del 17,52% en el mes de enero, como se hacía eco Agroinformacion.

En base al último informe de la Comisión Europea, consultado por Efeagro, la UE ha tenido que recurrir principalmente a compras en Estados Unidos y Ucrania para dar cobertura a su demanda interna.

Así, en Estados Unidos se compró un 40 % más de producto que en los dos primeros meses de 2017 (2.244 toneladas adquiridas) y en Ucrania se adquirió hasta un 621 % más de huevo (pasando de 246 a 1.774 toneladas compradas).

En facturación, el gasto en este producto subió un 92,7 % en esa comparativa temporal (con 8,2 millones de euros gastados), de los que 3,7 millones se invirtieron en Estados Unidos (+17,2 %) y 2 millones, en Ucrania (+653,4 %).

Por su parte, de acuerdo a la información de la Interporfesional INPROVO, la exportación española de huevo disminuyó ligeramente en 2017, ya que el mercado intracomunitario acaparaba la demanda al existir grajas infectadas en los principales países productores, como Bélgica u Holanda, sumando, en total, trece países europeos. Esto hizo que aumentaran las precios en origen por encima de los de

En la actualidad, el principal motivo de la bajada es, precisamente, la recuperación de esas granjas infectadas y, por tanto la disminución de la demanda intracomunitaria que, probablemente, conllevaría a volver a estabilizar los precios a los niveles de antes de la crisis alimentaria, así como a los mismos (o cercanos) porcentajes de exportación a países terceros.

www.agroinformacion.com

¿Son felices las gallinas?

Numerosas industrias y distribuidoras se apuntan a la tendencia de no vender huevos de gallinas enjauladas. El sector afronta con ello una posible reconversión, seis años después de la última.

Las llamaron “gallinas felices” cuando la ley comunitaria obligó en 2012 a los productores de huevos a mejorar el sistema de jaulas, un método que sólo seis años después vuelve a estar en el punto de mira y proliferan los anuncios de compañías que se desmarcan de este método de producción.

Esos “lujos” derivados de la norma de bienestar animal (un espacio suficiente para comer, un aseladero en el que dormir, un ambiente oscuro para la puesta, baño de arena o rascador de uñas) no son ahora vistos como tales por numerosas industrias y distribuidoras, que quieren prescindir de los huevos de gallinas en jaula.

Ebro Foods ha sido la última gran empresa en sumarse a esta tendencia y todo hace pensar que de aquí a unos años habrá explotaciones que tendrán que acometer nuevas inversiones para dejar las jaulas a un lado y optar por otro sistema de producción.

Si todas pasasen a ser camperas…

En España, el 90 % de la producción es en jaula, lo que supone 41 millones de ponedoras, que si pasasen a ser camperas o ecológicas necesitarían, para cumplir con la ley, 161 millones de metros cuadrados al aire libre (el equivalente a unos 22.500 campos de fútbol como el Santiago Bernabéu o el Camp Nou).

No obstante, es previsible que ni todas las explotaciones dejen de producir en jaulas, ni todas las que decidan cambiar lo hagan por el modelo campero o ecológico, según asegura a Efeagro la directora de Aserphu, Mar Fernández. Optar por el sistema de suelo parece ser la opción más viable, porque los productores podrían reutilizar las mismas naves en las que se alojaban las jaulas.

Es una opción, apunta Fernández, más barata para los ganaderos y, de momento, ese sistema de producción -en el que la gallina se puede mover dentro de una nave- cuenta con el visto bueno de las industrias y distribuidoras alimentarias.

El sistema de suelo, además, presenta fortalezas frente al campero y al ecológico porque al estar bajo techo se resguardan de los ataques de depredadores y del posible contagio de enfermedades, como la influenza aviar por el contacto con aves silvestres.

Un huevo horizonte y una nueva reconversión

Se abre así un nuevo horizonte de cambio para la producción de huevos en España y el resto de la Unión Europea, que puede llevar a una nueva reconversión, pocos años después de la última vivida tras la citada norma.

Toda reconversión, como recuerda Fernández, la sufren los bolsillos de los productores, muchos de ellos aún pagando las inversiones que tuvieron que hacer en 2012 y que rondaron, en total, los 600 millones de euros. Fernández calcula que pasar a sistemas alternativos al de jaula puede costar ahora unos 800 millones de euros.

Pero en la reconversión de 2012 también sufrió la economía del consumidor, ya que el precio del huevo subió por la reducción de la oferta: la nueva ley exigía más espacio para las gallinas en jaula, lo que llevó a un descenso de la cabaña avícola de puesta (-23 % en pocos meses) y, por tanto, de la producción de huevos.

Las propiedades nutritivas o el sabor están en el mismo nivel para todos los tipos de huevos, según recuerda Fernández, que también alude al aumento de los costes en la producción en los sistemas alternativos a las jaulas.

Mejorar los estándares de bienestar animal es el motivo más repetido por las empresas que ya han anunciado medidas en este sentido, como Lidl, Mercadona, El Corte Inglés, Dulcesol o Ebro Foods, y que han sido respaldados por entidades animalistas. Una tendencia que muchos dan por irreversible y que puede hacer que en los próximos años el sector avícola de puesta se enfrente a su enésimo reto.

www.efeagro.com