Una nueva investigación en la Universidad Estatal de Kansas (K-State) ha demostrado que el riesgo de propagación de un virus animal mortal a través de la alimentación puede reducirse efectivamente mediante el uso de diferentes aditivos para alimentos.

La peste porcina africana (PPA) es una enfermedad animal transfronteriza de rápida propagación y emergente que amenaza la producción de carne de cerdo y la seguridad alimentaria en todo el mundo. Aunque el virus de la PPA no afecta a los seres humanos, sí que ha producido importantes estragos en las cabañas porcinas de los países afectados.

El equipo de investigación de K-State, encabezado por Megan Niederwerder, profesora asistente de medicina de diagnóstico y patobiología en la Facultad de Medicina Veterinaria, acaba de publicar un nuevo estudio, ‘Mitigar el riesgo del virus de la peste porcina africana en los alimentos con aditivos químicos antivirales’, en la revista científica Transboundary and Emerging Diseases. Este estudio proporciona la primera evidencia de que los aditivos para piensos pueden ser herramientas eficaces contra la peste porcina africana.

“En los últimos dos años, se estima que la PPA ha sido responsable de la muerte de al menos el 25% de la población mundial de cerdos debido a la aparición del virus en China y su posterior propagación a más de 10 países asiáticos”, asegura Niederwerder.

Ya en 2019 la científica publicó el primer informe sobre la transmisión del virus de la peste porcina africana través del consumo natural de alimentos de origen vegetal. “Nuestro trabajo posterior se ha centrado en la mitigación del virus en los alimentos mediante el uso de aditivos químicos y el tratamiento térmico”, indica la investigadora.

Aunque los aditivos alimentarios se han utilizado históricamente para reducir el riesgo de contaminación bacteriana en los alimentos, la investigación hasta el momento no ha informado de la eficacia para la inactivación del virus de la peste porcina africana en los ingredientes de los alimentos.

Niederwerder dijo que actualmente no hay vacunas disponibles comercialmente ni tratamientos efectivos que puedan administrarse a los cerdos para mejorar la enfermedad causada por el virus. No obstante, el proyecto VACDIVA, liderado por el catedrático de Sanidad Animal español José Manuel Sánchez-Vizcaíno está trabajando en el desarrollo de una vacuna que podría estar lista antes de 4 años.

Hasta entonces, el control de la peste porcina africana se centra en las medidas de bioseguridad para evitar la introducción del virus en países libres s o en granjas y regiones libres dentro de un país con la enfermedad. El otro método de contención implicaría el sacrificio a gran escala de animales infectados o de alto riesgo para contener la propagación del virus.

LOS ADITIVOS DEMUESTRAN UNA REDUCCIÓN DE INFECTIVIDAD DEL VIRUS DE LA PPA

“Nuestra nueva investigación aporta datos novedosos que evalúan la eficacia de los aditivos alimenticios para inactivar el virus de la PPA en un modelo de cultivo celular in vitro y un modelo de transporte transoceánico de ingredientes alimenticios», asegura Niederwerder, quien explica que «esto proporcionará información valiosa a la industria porcina con respecto a la mitigación del riesgo de posibles rutas para la introducción y transmisión de PPA a través de alimentos e ingredientes».

Niederwerder y su equipo examinaron dos clases diferentes de aditivos líquidos para alimentos, incluido un aditivo a base de ácidos grasos de cadena media y un aditivo a base de formaldehído, para determinar la eficacia contra el virus de la peste porcina africana en cultivos celulares y en ingredientes alimenticios. En general, ambos aditivos químicos demostraron evidencia de reducción de la infectividad del virus, con datos que respaldan la eficacia dependiendo de la dosis.

Si bien los resultados del estudio son prometedores, Niederwerder enfatiza en la necesidad de un enfoque multifacético para reducir el riesgo del virus de la peste porcina africana en los piensos, incluyendo el abastecimiento de ingredientes de países sin el virus cuando sea posible, aplicando tiempos de retención a los ingredientes de alto riesgo, e implementando protocolos de bioseguridad consistentes en la fabricación de piensos.

Fuente: Animal’s Health.