El sector teme que la leche excedente francesa acabe en el mercado español a bajo precio.

 

Xunta y Gobierno no se muestran preocupados por el efecto del veto ruso en la leche.

El sector lácteo español, y en especial el gallego, mira con recelo e veto ruso a los productos lácteos europeos, no tanto por la exportación hacia ese país sino que se teme que buena parte de los excedentes de materia prima que genere esta situación acaben en el mercado nacional echando por tierra los precios en origen. Desde la Organización de Productores Lácteos (OPL) se cifra esta reducción de las cotizaciones en, al menos, un 10%, lo que traería consigo pérdidas por encima de los 20 millones de euros hasta finales de año. Una situación que se vería amparada por la presencia de empresas galas en nuestro país.

       Para esta organización profesional, una nueva bajada en el precio de la leche -y ya van cinco desde principios de año- obligaría a la práctica totalidad de los productores a vender su producto por debajo de los costes de producción, por lo que solicita la rápida actuación de las distintas administraciones para evitar lo que, en su opinión, podría ser una ruina para un «sector fuertemente castigado en los últimos años».

     De esta misma opinión es Elías Somoza, coordinador de sectores ganaderos de la Federación Rural Gallega (Fruga) que cree necesario la puesta en marcha inmediata «de alguna fórmula de compensación» que evite disfunciones no sólo en mercado lácteo sino también en el vacuno de carne o el porcino, según recogeXoán Ramón Alvite en lavozdegalicia.es.

     Conviene recordar que el bloqueo ruso lleva en un momento especialmente delicado para los ganaderos europeos pues coincide en el tiempo con un exceso de leche en el mercado propiciado por el aumento de la producción global europea de 20 millones de litros más diarios como forma de prepararse para la desaparición de las cuotas en 2015, y con una paralización del mercado chino a donde habían ido a parar una parte importante de la producción mundial de leche en polvo.

La Xunta, sin embargo, no ve problemas y acepta que se importe leche

       El otro lado de la moneda se deja ver en las Administraciones, tanto la regional como la nacional. Así la conselleira do Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, y el secretario general de Agricultura y Alimentación del Magrama, Carlos Cabanas  mantienen una postura de prudencia ante la cancelación de importaciones de productos europeos por parte de Rusia.

     Quintana asegura que «la ministra inmediatamente convocó a las organizaciones agrarias y pidió en Bruselas la reunión de un comité urgente para tomar las decisiones oportunas». Asimismo, recordó que España está produciendo menos leche de la que realmente se consume, por lo que «esperemos que no tenga grande repercusiones en lo que es nuestro mercado».

       Por su parte, Cabanas fijó la importación en «un tercio de las necesidades, unas 3.000 toneladas». Por tanto, ya es ahora una» situación real» la de traer leche procedente de otros países de la UE.

 

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