Europa implementará las visitas veterinarias obligatorias periódicas en las ganaderías de sus Estados miembros, para fortalecer la prevención de enfermedades y la bioseguridad, antes del mes de abril.

En el artículo 25 de la Ley de sanidad animal de la Unión Europea, Reglamento 2016/4291, la UE exige que los operadores se aseguren que los establecimientos reciban visitas de un veterinario.

Estas «visitas de salud animal» se llevarán a cabo en todos los países de la UE antes de abril de 2021 y tienen como objetivo fortalecer la salud animal mejorando la prevención de enfermedades, en particular la bioseguridad y la detección de enfermedades.

Sin embargo, hasta la fecha, alertan desde la Federación Europea de Veterinarios (FVE), ninguna ley establece los requisitos mínimos necesarios para la aplicación uniforme del artículo 25. Sin estas leyes de apoyo, “el artículo corre grave peligro de ser implementado de manera inconsistente o insuficiente en los Estados miembros”.

Hoy en día, existen grandes desafíos para la ganadería: mantener alejadas las enfermedades (p. Ej., peste porcina africana (PPA) o gripe aviar), reducir la huella climática de la agricultura (para hacer que el clima sea neutral para 2050), y reducir el uso de antibióticos (en un 50% para 2030), para hacer la cría de animales más respetuosa con el bienestar y sostenible (por ejemplo, ciclos de cultivo más estrechos) y, en general, para restablecer la confianza en la agricultura.

“Las visitas veterinarias periódicas tienen un gran potencial para mejorar el bienestar animal y la eficiencia económica, así como para reducir el uso de antibióticos y mejorar la sostenibilidad. Esto se muestra en países que ya implementan visitas de salud periódicas”, aseguran desde la FVE.

Sin estas visitas periódicas, algunos animales de granja solo reciben atención veterinaria cuando tienen problemas graves, según apuntan desde la FVE.

Para asesorar a los ganaderos en la mejora de la salud animal, mejorar la bioseguridad y llevar a cabo un trabajo preventivo, el veterinario necesita un conocimiento sólido y detallado sobre las condiciones de funcionamiento en la granja, que solo se puede lograr visitando la granja con regularidad y con más educación. “Las visitas periódicas también son importantes para establecer una relación de confianza entre el agricultor y el veterinario”, explican.

“Además, las visitas periódicas del veterinario pueden y deben tener un alcance mayor que la prevención de enfermedades, como se confirma en el artículo 25, que establece que las visitas pueden combinarse con otros fines”, señalan desde la FVE.

Las visitas veterinarias periódicas que incluyen una comunicación de buena calidad y la transferencia de conocimientos entre el veterinario y los productores y ganaderos son “extremadamente importantes” y pueden mejorar el bienestar animal y promover el uso responsable de los medicamentos veterinarios.

UNA MEJOR COLABORACIÓN ENTRE GANADEROS Y VETERINARIOS

Como dice el estudio de la Comisión Europea publicado recientemente sobre el futuro de la ganadería en la UE, “el clima, la salud y el bienestar animal deben estar en el centro de la innovación del sector ganadero del mañana”. Los veterinarios son cruciales para lograrlo.

Analizar los datos de salud del hato, los datos de rendimiento del rebaño y establecer planes de salud del rebaño específicos de la granja es la misión veterinaria principal. A través de este plan de salud del rebaño específico para la granja, el veterinario visitante habitual, que lidera 4 otras profesiones afines (por ejemplo, asesores de alimentos o herradores) puede asesorar al ganadero para mejorar la salud animal, el bienestar, la salud pública, la sostenibilidad y la rentabilidad de la granja.

El veterinario que realiza las visitas periódicas puede utilizar y contribuir a la información de la cadena alimentaria (FCI) recibida del matadero, los datos recibidos de la planta de aprovechamiento (p. Ej. Patologías) o la industria láctea (p. Ej. Pruebas de laboratorio) y el asesoramiento de la autoridad competente (por ejemplo, sobre enfermedades emergentes notificables o medidas de control).

Es esencial una buena colaboración que incluya una comunicación transparente entre el ganadero, el veterinario en ejercicio, los demás profesionales aliados y el veterinario oficial, explican desde la FVE.

En resumen, existe la necesidad de definir la visita de salud animal para formular una herramienta práctica y significativa que tenga un valor agregado para los agricultores, veterinarios y consumidores por igual; una herramienta que, en última instancia, actuará a favor del bienestar animal, la seguridad alimentaria, la salud pública, la reducción de los costos de producción, el uso más eficaz de los recursos y la reducción del impacto climático / ambiental y la percepción y la tranquilidad del consumidor.

Una visita veterinaria combinada con la comunicación y el seguimiento continuos entre dichas visitas agrega valor para todas las partes interesadas, aportando asesoramiento y mejora de la prevención de enfermedades; detección temprana de enfermedades; un mejor manejo de las enfermedades; mejora en la producción; asesoramiento legal; mejora en el bienestar animal y una atención de calidad.

Fuente: Animal´s Health.